IP y la tecnología de voz imponen nuevas demandas

En realidad, cuando se incorpora la tecnología de voz en la red es cuando sus vulnerabilidades se ponen más de manifiesto. La voz requiere el soporte de aplicaciones en tiempo real y los retardos, incluso mínimos, son inaceptables. Los tonos de llamada instantáneos y un audio limpio constituyen requisitos básicos.

Cuando la Voz sobre el Protocolo Internet (VoIP) entra en juego, la calidad de servicio es clave. “La caída de unos pocos paquetes en una red que lleva voz provoca la queja inmediata de los usuarios, lo que frecuentemente pone en tela de juicio la implementación de voz cuando, realmente, la infraestructura de red es la responsable”, matiza Eric Hobbs, Presidente de Technology Associates.

La empresa californiana Nanometrics, fabricante de equipos de prueba de semiconductores, se ha enfrentado recientemente al reto de incorporar voz a su infraestructura de red después de realizar una fusión. Los ingenieros de las oficinas situadas en el extranjero no podían compartir información a través de la red, ni acceder a los grandes ficheros del centro de datos corporativo debido al bajo rendimiento de la WAN.

Para mejorar la productividad de su plantilla evitando al máximo la inactividad, Nanometrics utilizó los Servicios de Aplicación de Área Extensa (Wide Area Applications Services) de Cisco, que ofrecen un router integrado y preconfigurado y la optimización de la red de área extensa, comenta Dave Kizer, Director de TI de Nanometric.

”Fuimos capaces de consolidar múltiples configuraciones TI y distintos sistemas de backup. En consecuencia, no tuvimos que reemplazar el antiguo hardware que necesitaba ser actualizado”, asegura Kizer. “Sólo lo que hubiera costado cambiar los centros de datos sirvió para pagar la solución”.

El criterio clave es la escalabilidad, no la velocidad

Cuando se selecciona un proveedor o un nuevo equipo de red la capacidad para gestionar y procesar el tráfico está siempre en los primeros puestos de la lista. Sin embargo, en la actualidad, los productos de alto rendimiento ofrecen una pequeña diferencia en este campo, afirma Zeus Kerravala, analista de la firma The Yankee Group.

No obstante, el criterio de elección también debería incluir la capacidad de actualización para conseguir que la red crezca y se le añadan nuevas características. “Hay que pesar lo que se va a hacer a largo plazo”, advierte Kerravala. La escalabilidad se refiere no sólo al ancho de banda, sino también a la capacidad de añadir aceleración y otras características inteligentes que las organizaciones podrían necesitar en cinco o siete años.

En esta selección de los objetivos también había que tener en cuenta la interoperabilidad de los sistemas. “Es muy frecuente que cuando los suministradores de tecnología compran otras empresas proveedoras, para añadir soluciones que complementen su oferta, los nuevos productos tienen un sistema operativo y unas herramientas de administración distintas”, señala Bill S. Annino, Director de Carousel Industries, empresa suministradora de soluciones de tecnología convergente. “Lo ideal sería utilizar el menor número de sistemas operativos que sea posible, preferiblemente uno en toda la organización”