Cloud computing, algo más que estar en las nubes

Por raro que parezca, las redes fueron probablemente el menor de los problemas. Arpanet, la precursora de Internet, ya estaba lista en los 80, y aunque estaba diseñada para uso militar, encontró pronto seguidores dentro de la comunidad académica. Pero con una velocidad primitiva de 50 Kbps, no hay duda de que la banda ancha ha transformado el escenario para cloud computing.
Probablemente el asunto con más carga emocional en TI es la experiencia del usuario final. Hombres hechos y derechos han llorado ante la perspectiva de reiniciar Windows Vista y las experiencias anteriores con cloud computing fueron poco distintas. Esperamos y tenemos el derecho a una experiencia de TI que cumpla lo prometido. A un cajero automático, un gran ejemplo de cloud computing, no le llevaría tres minutos concluir si estará disponible o no.

Pero en la experiencia del usuario inciden tantos factores que los directores se han visto impotentes para controlarla. La era de la virtualización ha transformado radicalmente la ecuación y ahora los profesionales de TI pueden aislar, priorizar y gestionar aplicaciones para dar una experiencia fantástica a los usuarios.

Finalmente, está el antiguo problema del coste. Cada nueva era de TI ha prometido mucho, pero a coste extra. Las redes de PCs, la informática de servidores y clientes, la informática basada en servidores, todas ellas exigieron un derroche asombroso con la promesa de devolverlo mañana. Cloud computing es la primera que realmente cuesta menos. Conjugando la escalabilidad y la elasticidad proporcionadas a través de la virtualización, y utilizando las redes mundiales que existen actualmente, proporciona una experiencia de usuario enormemente mejorada y a un coste menor.

Y si necesita una prueba, eche un vistazo a cualquiera de los competidores en cloud computing (Amazon, Microsoft, Google, Oracle) y pregúnteles si utilizan la virtualización en el núcleo de su infraestructura. Todos ellos lo hacen.