Aunque el uso del teléfono móvil en el sector financiero español es superior a la media nacional, la movilidad continúa siendo una asignatura pendiente para este colectivo, según pone de manifiesto un reciente estudio elaborado por IDC para Nokia, en el que se analiza la situación en lo que atañe a la aplicación de soluciones de movilidad en este sector.

Por debajo de la media 

Como se deduce de este informe, la movilidad en el sector está por debajo de la media española y tan sólo un 5 por ciento de la entidades bancarias registran niveles más elevados que en los restantes sectores.

Las razones de esta situación hay que buscarlas en el hecho de que la relación presencial con el cliente sigue siendo muy fuerte y en que la apertura de oficinas sea el principal mecanismo de expansión en nuestro país. 

Sin embargo, este panorama podría cambiar en los próximos años, advierte el estudio, ya que los bancos estás apostando muy fuerte por sistemas de comunicación convergentes.

El informe de IDC también pone de manifiesto que el teletrabajo es prácticamente inexistente en el sector financiero debido, por un lado, a que la presencia física en la oficina todavía resulta imprescindible; y por otro, a la limitación de tareas a las que se aplica, en la actualidad casi únicamente restringido a algunos aspectos muy específicos del soporte. 

Interés por el móvil

Un aspecto en el que el sector financiero español se sitúa por encima de la media es el empleo del teléfono móvil. Entre los servicios móviles, el que más interés suscita es el acceso al e-mail corporativo, citado por más de un 50 por ciento de las empresas consultadas. Otros servicios que gozan de atractivo entre las empresas de nuestro sector financiero son los relacionados con la integración de la centralita con el móvil y la autenticación y la firma digital.

A pesar de este interés, todavía son muchas las compañías que no se han decidido a desarrollar una estrategia de movilidad. La principal razón para no hacerlo tiene que ver con la “no necesidad”, aunque también se esgrime como argumento la falta de información al respecto, la “no importancia” o la preocupación por la seguridad. 

En lo tocante a la sustitución fijo-móvil, el 40 por ciento de las empresas entiende que el teléfono móvil podría ser el principal dispositivo de sus empleados y el 50 por ciento estima que esa sustitución se podría realizar en el plazo de dos años.

Desde el punto de vista de estas compañías los principales obstáculos a los que se enfrentan en este proceso tienen que ver con la idea de la mayor fiabilidad de las telecomunicaciones fijas, la falta de funcionalidad de los terminales móviles o el coste económico.