¿cómo funciona el truco?
La base del método es juntar todo lo que está desacomodado en unas bolsas grandes de plástico azul de IKEA. Se empieza colocando una o más bolsas en la zona que se quiere arreglar y, durante un tiempo marcado, se recogen todos esos juguetes, prendas y diversos objetos que están por ahí. Cada cosa se devuelve a su sitio o se completa alguna actividad determinada, según lo que se haya acordado. Así, la tarea se convierte en un juego en el que participan todos los que viven en casa.
El objetivo es claro: reducir el desorden sin que resulte una misión imposible para nadie. Hay que cuidar de no sobrecargar las bolsas para que la actividad siga siendo amena y accesible para todos, y ajustar las indicaciones según la edad del niño garantiza que la experiencia sea positiva.
pensado para familias
Este método se ideó pensando en las familias. Emmanuelle Juillard lo ha difundido a lo largo de su cuenta de Instagram, pegando fuerte en poco tiempo. La idea es quitar algo de peso de la mente de los padres a la vez que se anima a los niños a ser más responsables. Los peques, en particular, se muestran encantados al ver la limpieza convertida en un juego en grupo en lugar de una obligación.
Cuando los niños se involucran, no solo se consigue un hogar más ordenado, sino que aprenden valores importantes, como el trabajo en equipo y la satisfacción de hacer algo juntos. Este tipo de aprendizaje lúdico ayuda a su crecimiento personal y social desde muy temprana edad.
más que solo orden: otros beneficios
Los beneficios del método van más allá de tener una casa impecable. Con compromisos simples y directos, todos aprenden a valorar el orden y el esfuerzo conjunto. Esto ayuda a repartir mejor las tareas del hogar y, de paso, a que se minimicen los malestares que provoca el desorden.
Es buena idea tener en mente algunas recomendaciones al poner en práctica este método. Se aconseja especialmente a partir de los seis años, ya que para los más pequeños puede parecer complicado diferenciar entre un reto y un castigo. Adaptar las instrucciones a cada etapa de edad es clave para que la experiencia resulte agradable y provechosa.
La propuesta de Emmanuelle Juillard ofrece una solución práctica y al alcance de muchas familias que se enfrentan al reto diario del desorden en casa. Al involucrar a todos los miembros en esta dinámica divertida y formativa, se fomenta no solo un ambiente más ordenado, sino también un hogar más armonioso y colaborativo.
Cuando cada familia va personalizando esta técnica a su manera, se abre la puerta a hogares más contentos, donde el orden forma parte natural del día a día. Es una estrategia que nos hace replantear cómo pequeños cambios pueden transformar nuestra vida diaria.