Los riesgos de la lejía
La lejía ha sido la aliada de siempre para quitar el moho, ya que blanquea y desinfecta. Sin embargo, usarla trae consigo varios problemas. Por ejemplo, la exposición a la lejía puede provocar problemas respiratorios y dolores de cabeza, sobre todo en lugares cerrados como el baño. Además, puede irritar la piel y los ojos, lo que puede aumentar la posibilidad de sufrir reacciones alérgicas.
Aún peor, mezclar la lejía con otros limpiadores comunes puede generar vapores tóxicos que afectan la salud. Y, pese a que a primera vista parezca efectiva, la lejía no funciona bien en superficies porosas (como la lechada y el sellador), donde el moho puede quedar escondido y volver enseguida.
Alternativas naturales: una opción más segura
Frente a estos inconvenientes, vale la pena considerar opciones naturales que resulten seguras y eficaces. Se sabe que las frutas cítricas tienen poderes contra el moho y la humedad, ofreciendo una solución natural sin los efectos molestos de los productos químicos agresivos.
El peróxido de hidrógeno es otro aliado respetuoso con el medio ambiente para eliminar el moho. Este compuesto natural no solo funciona tanto en superficies porosas como no porosas, sino que también resulta seguro para la mayoría de los materiales del baño. A diferencia de la lejía, no genera vapores ni residuos dañinos. Para usarlo, mezcla dos partes de agua con una parte de peróxido de hidrógeno en una botella con spray, aplícalo en las zonas afectadas, deja actuar unos diez minutos, frota suavemente y enjuaga.
Trucos para prevenir el moho
Evitar el crecimiento del moho implica adelantarse y controlar la humedad. Por ejemplo, después de ducharte, pásate un limpiador de goma para reducir la humedad en las superficies. También es muy útil usar el extractor durante y después de la ducha, ya que mejora la circulación del aire, mientras que abrir las ventanas siempre que puedas garantiza una ventilación natural.
Limpiar de forma habitual con una solución de peróxido de hidrógeno ayuda a que el moho no se instale. Además, mantener el aire en movimiento no solo mantiene el baño libre de moho, sino que también beneficia la salud en el hogar. Atender detalles como la condensación en las ventanas puede reducir notablemente el nivel de humedad.
Soluciones para el moho que se resiste
Si el moho sigue apareciendo, sobre todo en los selladores de silicona, puede que sea necesario tomar medidas más contundentes. En estos casos, quita y cambia el sellador afectado utilizando productos especializados que resistan el moho y así evitar futuros problemas. Para situaciones complicadas o muy extensas, piensa en la intervención profesional para eliminar el moho. Además, usar absorbentes de humedad puede ayudarte a mantener a raya los niveles de humedad y crear un ambiente donde al moho le cueste establecerse.
Combatir el moho no tiene por qué depender siempre de productos químicos fuertes como la lejía. Hay métodos naturales que funcionan a la par sin poner en riesgo tu salud ni la del entorno. Adoptar soluciones naturales, como el peróxido de hidrógeno junto con medidas preventivas, es un buen camino para disfrutar de un hogar más sano y libre del incordio del moho.