Un teatro secreto en el cielo
A altitudes de hasta 88,5 km sobre las tormentas se pueden ver destellos eléctricos como los “sprites” rojos y los “jets” azules. Los sprites aparecen al instante, semejando medusas luminosas, mientras que los jets se lanzan hacia la estratosfera. También se han observado halos violetas y anillos ultravioletas que parpadean y se esfuman en un abrir y cerrar de ojos. Por su rapidez, estas señales suelen pasar desapercibidas para las cámaras en tierra, pero las imágenes tomadas desde la ISS ofrecen una mirada sin precedentes.
Efectos en la atmósfera superior
Estos destellos no solo llaman la atención por su efecto visual; también provocan cambios palpables en la atmósfera superior. Los ELVES, esos enormes anillos ultravioletas, pueden extenderse cientos de millas, alterando la carga de la ionosfera y ocasionando fallos en las transmisiones de radio de largo alcance. Esto alerta a las tripulaciones aéreas y operarios, pues pueden sufrir interrupciones en las comunicaciones en medio de tormentas intensas.
Además, las descargas eléctricas modifican los óxidos de nitrógeno entre las distintas capas de la atmósfera, lo que afecta el equilibrio del ozono y la distribución de calor. Estas variaciones ayudan a ajustar los modelos atmosféricos en la previsión de fenómenos asociados al calentamiento global.
Observando desde la ISS con tecnología de punta
Desde 2018, el Monitor Europeo del Intercambio Atmosférico-Espacial (ASIM) lleva a cabo observaciones de las tormentas desde la ISS. Con cámaras de alta velocidad y fotómetros, el ASIM consigue seguir esos destellos breves y diminutos que suelen escapar a la vista. Así se ha comprobado que las descargas en lo alto de las nubes inyectan energía en la ionosfera, generando esos anillos ELVES.
A la par, los astronautas se suman con el experimento Thor-Davis, capturando tormentas con equipos avanzados. Estas grabaciones respaldan experimentos de plasma realizados en laboratorio y sacan a la luz patrones insospechados, cosas que no se encuentran en los libros tradicionales.
Rayos gamma en tierra: un enigma por resolver
Resulta que algunos relámpagos provocan destellos de rayos gamma en la Tierra, un fenómeno que sigue dando de qué hablar. La agencia espacial japonesa, junto a sus colaboradores, lanzó el CubeSat Light-1 desde la ISS para cartografiar estos pulsos invisibles. Light-1 detecta los destellos que se producen sobre zonas ecuatoriales de tormenta y colabora en la creación de un atlas tridimensional muy detallado.
Herramientas futuras para vigilar lo invisible
Los ingenieros están currando detectores más rápidos que abarcan desde radio hasta rayos X. La ISS seguirá observando estos fenómenos, lo que ampliará nuestro conocimiento sobre estos espectáculos eléctricos. Además, se planea el despliegue de pequeños satélites que permitirán enviar alertas en tiempo real a los centros meteorológicos.
La ciencia detrás de estos destellos nos ayuda a entender mejor las capas cargadas de la atmósfera y a proteger sistemas críticos, como los que permiten las comunicaciones globales. Las imágenes tomadas por la NASA constituyen una base visual muy sólida, mientras que los mapas gamma ofrecen detalles sobre destellos invisibles, proporcionando datos muy valiosos para futuras investigaciones.
La exploración desde el espacio nos invita a pensar en cómo estos shows eléctricos enriquecen nuestros saberes científicos y a darnos cuenta de lo mucho que aún nos queda por descubrir sobre nuestro propio planeta.